Detox Emocional. El todo y las partes
- Conchi Soler
- 15 oct 2016
- 3 Min. de lectura
Eran cinco ciegos.
A cada uno se le pidió que hiciera la descripción de un elefante, del cual estaban agarrados respectivamente cada uno de una parte.
El primero de ellos, agarrado a la trompa dijo:
El elefante es largo, grueso, flexible y arrugado.
El segundo, mientras recorría las orejas exclamó:
¡No estoy de acuerdo! Es terso. No es arrugado. Es muy delgado y además aleta con el viento.
¿Cómo dices eso? Preguntaba el tercero tocando una pata. El elefante es un animal grueso y redondo. Pesado y arrugado. No hay viento que pueda moverlo.
El cuarto ciego, apoyado en el extenso costado, dijo:
No seas tonto, el elefante es grande como una casa y ancho como una pared.
¡Están todo absolutamente equivocados!- gritaba ofuscado el quinto ciego, cogido a la cola.
El elefante es flexible y alargado. No es de gran tamaño y aunque se mueve con facilidad, no parece que tenga un propósito definido.
Los cinco ciegos discutieron todo el día sin ponerse de acuerdo. Y cada uno se fue a su casa pensando en lo estúpidos que eran los otros…
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado…
¿Qué os parece?
A mí me parece real como la vida misma. En nuestra vida, estamos acostumbrados a quedarnos solo con nuestro punto de vista sin tener en cuenta lo que está viendo el otro, cómo lo está viendo y desde donde lo está viendo.
Pasa mucho en las empresas. Cada departamento ve su parte. El Departamento Comercial vende cosas que a Operaciones le cuesta mucho llevar a cabo. Y Operaciones ejecuta acciones de las que después recibe quejas Atención al Cliente. Y así sucesivamente…
O cuando el jefe nos pide algo que a primera vista resulta incomprensible. Si nos paramos a pensar, seguro que es porque él está viendo la situación desde una posición diferente y dispone de información de la que nosotros no disponemos. Es decir, está viendo al elefante desde el lomo, mientras que nosotros estamos en una pata…
También pasa lo mismo en las relaciones interpersonales, ya sea pareja, amigos, familia etc. Si analizamos los conflictos que se dan, la mayoría de ellos es porque se ven las cosas desde diferentes perspectivas. Y ninguna de las partes es capaz de ver lo que está viendo el otro.
Esto no es nada nuevo. De hecho es muy antiguo. Ya lo decía Aristóteles, en su visión holística de la vida. Y yo que me he pasado media vida pensando que la filosofía no servía para nada, ahora no hago más que leer y referirme a los clásicos…. ¿Veis? Otra concepción parcial de un hecho.
En definitiva, Aristóteles, nos indicaba que tenemos que ver las cosas enteras, en su conjunto y en su complejidad (de ahí la famosa frase de que el todo es más que la suma de las partes), ya que de esta forma se pueden apreciar las interacciones que configuran el proceso.
En relación a esto, hay un frase anglosajona que me encanta “Think outside the box”, que sería algo así como “piensa fuera de la caja”. Es decir, salte de ti y piensa como lo puede estar haciendo el de enfrente. Quizás eso te aclare muchas cosas…

Por eso en el detox emocional de esta semana os animo a que busquéis situaciones en las que hayáis emitido juicios teniendo una visión parcial de las mismas. Y a partir de ahí, en futuras ocasiones, tened en cuenta este hecho antes de juzgar. Ya me diréis como os va…
¡Buen fin de semana detox!
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