Ritual nº 10. Comer 5 veces al día.
- Maite Calleja
- 18 oct 2016
- 3 Min. de lectura
Puede que este ritual, comer cinco veces al día, sea una obviedad como el de tomar cinco raciones diarias de fruta y verdura, pero es muy importante que tomemos conciencia plena de su importancia, lo añadamos a nuestros rituales de vida saludable y se convierta en un hábito. ¿Por qué digo esto?, porque algo tan sencillo como comer a veces lo olvidamos, el trabajo, reuniones, actividades, los niños, etc, y pasamos horas sin ingerir ningún alimento porque el día nos absorbe. La razón otras ocasiones es porque pensamos, erróneamente, que bajaremos de peso si comemos solamente una o dos veces al día. Ambas circunstancias nos abogan a darnos un atracón en cualquiera de las comida, asaltemos cualquier máquina expendedora en el trabajo o, comamos cualquier producto azucarado o procesado a mano para matar el hambre.
¿Cuáles son las cinco comidas que debemos hacer?. Diariamente debemos hacer tres comidas principales; desayuno, muy importante y no debe saltarse nunca, comida y cena, la más frugal de nuestras tres comidas principales pero siempre será completa. Tengamos en cuenta que tras la cena pasaamos unas cuantas horas de ayuno durante la noche, por eso es importante tener una cena variada compuesta por proteínas, hidratos y grasas.
Las comidas intermedias, complementan nuestras cinco comidas diarias, serían, la de media mañana y merienda, Ninguna de las cinco comidas debe saltarse, ni debe espaciarse demasiado una de otra en el tiempo; un intervalo entre ellas de 3-4 horas sería adecuado.

Voy a explicar porque es importante comer periódicamente a lo largo del día:
Comiendo cinco veces al día mantenemos nuestro metabolismo activo y trabajando; de este modo, nuestros niveles de insulina se mantienen regulares y sin altibajos; es decir, no tendremos demandas de azúcar motivadas por picos en los niveles de insulina. Nuestro cuerpo está diseñado para acumular reservas, reservas en forma de grasa para poder disponer de ellas en caso de que sea necesario. Esto es debido a que hace relativamente poco tiempo comer no estaba garantizado para la humanidad, por tanto si le suministramos comida, en tiempos muy espaciados nuestro cuerpo, ante la duda de cuando recibirá alimento otra vez, transforma los alimentos en reservas. Manteniendo activo nuestro metabolismo activo, suministrando alimentos en espacios cortos, estaremos suministrándole la energía que necesita a lo largo del día y, en consecuencia, prevendremos el sobrepeso y la obesidad. Por otro lado, cuantas más comidas realicemos a lo largo del día, mayor variedad de alimentos incluiremos en nuestra dieta y, por tanto nos aseguramos una mejor nutrición.
Comer dos veces ó tres al día, pensando que compensaremos una comida con otra, no desayunar o hacer un desayuno muy pobre, es un error de base que nos hará llegar a la siguiente comida hambrientos, con ansiedad y empujará a darnos un tremendo atracón. Repartir los alimentos en más intervalos de tiempo, es una forma de controlar nuestro apetito y no comer compulsivamente, ya que iremos suministrando nutrientes a nuestro cuerpo de forma gradual, según lo vaya precisando. De este modo, no esperamos a que se active la alarma de nuestro cuerpo diciendo ¡tengo hambre! y, por tanto, os puedo asegurar que estaremos de mejor humor y rendiremos mucho más a lo largo del día. Os aseguro que, ¡a mí no hay quien me aguante si tengo hambre! ;)
Para llevar este ritual a la práctica es imprescindible la planificación, tomando consciencia de que tenemos que comer a media mañana y media tarde, además de las tres comidas principales, tendremos tiempo de planificar los alimentos que puedes llevar contigo, donde quiera que vayas.
Acostúmbrate a llevar comida contigo para estas comidas intermedias, de modo que no te sorprenda un “gusanillo” sin nada saludable a mano. Yo suelo llevar siempre fruta, o frutos secos donde quiera que vaya. Anticípate y, durante el fin de semana por ejemplo, prepara barritas de granola, bolsitas con frutos secos naturales, y cada día ten a mano fruta fresca y, por supuesto, agua. Intenta un día antes o durante el fin de semana planificar lo que comerás al día siguiente o a lo largo de la semana; de esta forma conseguirás dos objetivos, uno que tu lista de la compra sea más acorde a tus necesidades y dos que tu elección de alimentos sea más adecuada.
Comentarios