Tamari
- Maite Calleja
- 26 jul 2017
- 2 Min. de lectura
Fue cuando empecé a introducirme en los alimentos orgánicos y a explorar recetas veganas cuando comencé a familiarizarme con el Tamari.
Al principio pensaba que el Tamari era lo mismo que la salsa de soja ya que en la mayoría de las recetas se indicaba que se podía sustituir el Tamari por salsa de soja para conseguir que la receta no tuviese gluten. Ahí me lleve mi primera sorpresa ¿la salsa de soja tenía gluten? ¿No estaba hecha de habas de soja?, pues si la mayoría de salsas de soja comerciales tienen gluten ya que se obtiene por fermentación de granos de soja y trigo. Debido a esto mi segunda conclusión fue que el Tamari era simplemente salsa de soja sin gluten.
Más adelante, profundizando en la alimentación orgánica y no procesada fui aprendiendo más sobre las diferencias entre el Tamari y la salsa de soja. A pesar de las similitudes en cuanto al color y el sabor, existen diferencias significativas entre ambas, ya que amabas salsas son subproductos de la soja fermentada, la principal diferencia es que el Tamari se hace sin trigo mientras que la salsa de soja tradicional, la que estamos acostumbrados a tomar en los restaurantes como kikoman, contiene trigo.
Por otro lado el Tamari es específicamente una forma de salsa de soja japonesa de salsa de soja hecha a partir de una pasta de miso, mientras que la salsa de soja se encuentran por toda Asia. El hecho de que el Tamari se obtenga a partir de la pasta de miso le confiere propiedades probióticas propias del miso, además de ser de cultivo ecológico nos garantiza que no esté hecha a partir de soja transgénica, la cual se suele utilizar en las salsas de soja comerciales.
Las diferencias en la producción, y la base de la materia prima, dan a cada salsa un sabor diferenciado. El Tamari tiene un color más oscuro y un sabor más rico que la salsa de soja china común. Además, él es más equilibrado y menos salado que la salsa de soja que a menudo es demasiado salada.

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